27 de mayo de 2010

Estación Rosario Norte



Al pueblo canalla que prontamente vuelva a primera dando fin al luto en Arroyito.

La estación Rosario Norte resultó ser una alhaja, un secreto que se dice al oído, un jardín escondido con planta de enredadera, en donde el tiempo, maravillado quizás, decidió no seguir rumbo y quedarse a vivir bajo el techo de madera.
El tren se fue deteniendo poco a poco, por la ventana ya se veían los vendedores de bizcochos, quesos, galletitas, sanwiches y gaseosas, y yo de mientras iba despertando a Rosaura por si quería bajar a estirar las piernas.
Finalmente el tren se detuvo.
No había duda de que el lugar estaba encantado. La luz del atardecer que se filtraba entre vagón y vagón dejaba entrever el polvo mágico que flotaba en el aire.
Luego de unos quince minutos el tren retomó fatigosa la marcha camino al Noroeste, dejando atrás la vieja estación.

2 comentarios:

Mel dijo...

essssa, diarios de viaje by santiago garat. Pasaré seguido a leerte pues.

Un abrazo! que siga así de prometedor el viaje :)

Mel.

Stivsko dijo...

Hey, tenés que unirte a nuestro prode del mundial! Grandes premios y viajes para el ganador.

Todo bien el viaje?