10 de febrero de 2011

Bidet

¿Dónde comienza una historia? El sombrerero loco diría que comienza por el comienzo (y cuando termines de hablar... te callas), pero yo ya no estoy seguro de poder distinguir un comienzo de un estornudo, todo se tritura y mezcla como en una multiprocesadora, seh, tan dañinamente como suena.
Pero a veces está bueno tener pronta en la heladera una ensalada de zanahoria, remolacha y huevo.
Todo es parte de un todo, un proceso de reformulación, formulación y reformulación, en donde el presente está vacío si no se toma en cuanto a la evolución del ser, la verdadera escencia de si mismo. Mi relato se transforma entonces en la cara visible de un intervalo de tiempo, que determino en cuanto comienzo y dejo de teclear.
El autor se desvincula de su obra en el momento que esta finaliza, y cada espectador CREA (y es un proceso de creación tan válido como el del autor) bajo la forma de su interpretación, una (nueva) obra distinta.
De este concepto hablamos en el living de paullier con mi hermana Vera, para pelearnos un poco con la importancia que se le da a la autoría, y las circunstancias en el que este parió su creación, o elección (de palabras, movimientos o sonidos), porque la palabra creación (está demostrado científicamente) vuelve estúpidas a las personas.
Hace un momento me di un baño de inmerción con agua fría (quizás este sea un comienzo), el calefón no marcha. Me puse a resolver un sodoku, en calsonsillos, sumergido en el agua. Dejé la revista de juegos sobre el bidet y sumergí la cabeza.

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