4 de mayo de 2011

Repugnancia

Siempre era la misma indecisión. Sentado a un costado de la cama, Edmundo se pasaba las horas meditando acerca del significado de la vida. Finalmente tomaba la botella de whisky que descansaba en su mesita de luz, se servía un vaso generoso y lo bajaba de un buche con cierta repugnancia.
Su razón le decía que esta era la solución correcta, sin embargo cada dos por tres se descubría mirando el primer cajón del velador, donde silencioso y omnipresente se hayaba su revolver.

No hay comentarios: