Finalmente, después de analizarlo unos segundos, apostó todo. Al instante noté que estaba hasta el cuello de barro, era evidente su buena mano; por los ojos, pero esa mínima mueca en la boca, y por la cola, que se movía de un lado a otro, golpeando
el respaldo de la silla.
Me retiré enseguida, mi doble par probaría suerte en otra ocasión. Prendí un cigarrillo y me aparté de la mesa. Más allá del humo y de las cortinas marrones, comenzaba a aclarar el día. Apuré el vaso, cogí bufanda y sombrero, y me despedí
de los camaradas.
[...]
No todos lo saben, pero la luna sale del mar. Grande, hermosa, la gorda se balancea sobre miles de olas plateadas, hasta que, casi sin darnos cuenta, trepa el cielo, y no llegás ni en puntitas.
Cada noche cuenta una historia, pero es evidente que omite datos. Es eso lo que me gusta de la luna, lo que oculta.
2 comentarios:
asique del mar, eh? seguís insistiendo, ta bien, me gustaría comprobarlo finalmente..
(serías el más molesto para ver esa peli en particular, pero no sos mala compañía para ir al cine.. habría que superar lo del pop nomás)
nos vemos el sabado, supongo.
decis que hace eso la luna?
un dia me siento ver
en una de esas me cuenta una historia, no?
(beso, no te pierdas, ta?)
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